Comparto con ustedes este delirio

Los comentarios favorables que he recibido me inspiraron (¿?) para terminar de una vez por todas esta novela. Tengo tres finales y no se cual poner, ademas hay un capitulo que me quedo colgado.
Voy a convocar a un simposio de especialistas en nada que hayan leido la Bahia de James 1 y los 345 capitulos de la 2º parte. O sea, cuatro amigos para que me ayuden a elegir el mejor final.
De cualquier manera es mi novela y la voy a terminar como a mi me guste, si yo quiero que Aldon se case Olivia Newton John y se vayan a vivir a El Cairo lo voy hacer. Pero = la ayuda de mis asesores servira....para nada.

Como para ir terminando esto de postear chapter`s partes (mi ingles es envidiable) les presento un segmento del:

CAPITULO 2 Mi héroe. Julio de 1935

Escapándome llegue a una isla infectada de palmeras, montañas y salvajes con palos que me estaban gritando algo y alzando las manos .Por las dudas salude. Al instante una lluvia de lanzas, flechas, arpones, escupidas y piedrazos venían hacia mí.
Con una gran agilidad me deslice como un felino, mis movimientos eran muy rápidos, estos inadaptados sociales estaban sorprendidos por mi habilidad para esquivar cosas.
Desperté acostado sobre una cama de madera, me dolía la cabeza por golpes que no recordaba, mi camisa tenia muchos puntos rojos y la frente la tenia mojada con un liquido viscoso y pegajoso de color verde (creo que era un remedio). A mi alrededor estaban los agresores mirándome como quien ve una fugazetta. Se relamían, afilaban sus cubiertos y tiraban salsa tropical salvaje (anana, melón, kiwi, un montón de frutas tropicales, caviar, y aceto balsámico) en mi cuerpo.
Lo pensé un instante y llegue a la conclusión de que me querían comer.
Mientras me estaban mordiendo un dedo del pie se escucho un grito:
- Heeeey!!!
Y luego:
- Alto, caníbales inmundos, gusanos asquerosos, ratas escuálidas...
Los ridículos insultos provenían del exterior de la choza. Se oyeron gemidos de un mono, crujidos en el techo y luego un hombre que después describiré cayo encima mío, desenfundo dos espadas y les corto los cinturones a los dieciocho (aproximadamente) caníbales mordedores de pies, dejando sus abominables miembros viriles en libertad.
Luego me miro, hizo unos gestos extraños con la boca, se arreglo el cabello, me guiño un ojo y dijo:
- Ven nos escaparemos de estos malditos imbeciles.
Me tomo del brazo y me arrastro unos 30 km. hasta una casa en un árbol. Tiro una colchón hecho de hojas y me dio un vaso de agua con una galleta rancia.
Desde que me había rescatado hasta que llegamos a su “hogar” no intercambiamos palabra alguna.
-Perdón, ¿cual es su nombre?-dije como para preguntar algo
-Jhdjfh- contesto
Obviamente no le entendí.

-¿Cómo?
- Mañana hablaremos, hoy trata de descansar
Aparte de los dolores que tenia por culpa de los caníbales podólogos ahora se me sumaba el del brazo dislocado por culpa de la arrastrada que me había proporcionado el hombre que me había salvado.

No puedo decir exactamente a que hora me desperté, eran las 09:37 de la mañana. Baje de la casa del árbol y vi a mi salvador innombrable cazando loros. Debo decir que esas aves mientras huían insultaban en varios idiomas.
-Buen hombre podría usted tener la delicadeza de decirme su nombre.
- Aldon Johnson ¿y el suyo?
- Jean Carlos
Este peculiar personaje media casi dos metros, tenia una tupida melena de color negra azabache en su cabeza, a veces tapada por un sombrero con una flor, ojos negros, piel morena (por no decir que era un negro). Estaba vestido con un chaleco de plumas de loro rojo con unos sutiles botones de caucho y un taparrabo de piel de iguana .
Me dio una escopeta y me dijo con una voz muy áspera (después escupió)
-Sígame Aldon, vamos a cazar loros mal hablados
- No gracias, se lo agradezco, tengo una mala experiencia con esa palabra.
- Me importa un bledo, si no cazamos no comemos
Así pasaron casi cuatro horas de insistencia por parte de Jean.
Tuve que aceptar, no me podía negar al pedido de la persona que me había salvado la vida.

Aldon Johnson ( el viejo que cuenta la historia): personaje oriundo de Inglaterra que por motivos relatados en Bahía de James 2 desembarca en tierra argenta después de haber pasado su ninez y adolescencia y primeros años de adulto por México y Canadá (primer libro).

Jean Carlos: salvador y compañero de Aldon en la 2º parte.

Continuacion del escape

(Continuación) Capitulo 5 Planes de escape - Agosto de 1935.

Por unas semanas estuve muy ofendido con Carlos. Pero como dicen algunos “el tiempo cura las heridas”. En este caso literalmente.
De cualquier manera había llegado la oportunidad de poner en marcha mi esplendido plan de escape.
Un solo problema impedía nuestra fuga, yo no tuve tiempo para idear algún plan.
Una tarde mientras Jean se lavaba el cabello con aceite de coco yo me acerque a la ventana de la casa del árbol. Desde ese punto todo parecía distinto. No es lo mismo ver algo desde abajo que desde arriba de un árbol. Obvio.
A lo lejos, y gracias a mi magnifica visión que mataría de envidia a un halcón, vi un barco rojo que se acercaba a la costa. Era el barco delivery de pies.
Aproximadamente había unos cien pares de pies sin cortar, es decir con la parte de arriba todavía con vida.
Con algunos de esos productos frescos sin envasar mantuve charlas y discusiones realmente calientes y emotivas. Con un bailarín de danzas clásicas llegamos a entablar una gran amistad, hasta que por culpa de los glotones caníbales perdió sus soportes inferiores. Una pena, la invitación que me había hecho para verlo en acción quedaba anulada. Las charlas con estos condenados se extendía hasta que se acercaba algún caníbal y yo corría heroicamente hacia mi guarida.

Algunos años después me encontraba en Rumania viendo un concierto de flautas y timbales en un modesto teatro en compañía de Jean Carlos y un ex U.O.I. que conocí en Inglaterra. Carlos me contó la historia del capitán de ese barco.
Se llamaba Pedro Florentino Rodríguez Gui de la Casona. El Capitán Casa Grande para los amigos.
Este personaje era conocido por sus allegados como un amante de las damas fáciles y el dinero difícil. Nadie había echo tanto en su contra como el mismo para perjudicarse económicamente.
Su lista de empleos (luego de su vida pirata) revelaba un cierto fanatismo hacia los que implicaban poco esfuerzo físico. Este exceso de trabajos provoco un crecimiento considerable de su barriga.
Pero el le restaba importancia, como a todo lo que tuviera que ver con su salud. Era una persona con aspecto de tener pocos amigos. Sus berrinches habían hecho de el un hombre temido y respetado por sus mas fieles servidores, odiado, despreciado, hasta difamado por sus ignotos rivales pero burlado y menospreciado por amantes y su familia.
El pasado bucanero de Casa Grande no era bien visto.

Como sea, este señor tuvo una infancia privilegiada, educado con los mejores profesores. Dueño de los más insignificantes objetos para niños, y merecedor sin duda de todos los golpes que su progenitor le había propinado.
Era un mozalbete sin respeto alguno por las autoridades. Los puntapiés a los guardias del Castillo Arenado de Atarangonio eran su pasatiempo favorito.

Siendo el un adolescente ayudaba a su padre en el negocio. La persecución de esclavos que injustamente escapaban provocaba en el una furia exagerada. Cuando se enfadaba tenia la costumbre de tironear sus ropas. Treinta de sus asesores de imagen murieron tratando de acomodarle el saco.
Desagradecidos, fue el calificativo mas utilizado a lo largo de su vida laboral y de jubilado.

A la edad de veintidós años Casa Grande cansado de su familia y de las exigencias de su concubina (le pedía que por lo menos cazara quince esclavos por día) se marcho de su hogar para no volver. Dos años después, volvió. Pero se fue de nuevo y no regreso nunca jamás.
Con treinta y cinco años a cuestas este personaje de pasado adinerado se había convertido en un marinero a cargo del miserable y maloliente Capitán José, un conocedor de los mares y vivaz negociador.
Su sordera fue la culpable de su muerte.

En el año 1926, mes de junio, el Mono Walter (nombre de la nave) se encontraba viajando en el océano pacifico. Debía dejar a una delegada del gobierno francés en las costas danesas para entregar un juego de ajedrez. Pero la misión no se pudo completar porque fueron interceptados por un buque brasilero. José nunca se entero que su ayudante le estaba gritando

- ¡Capitán nos atacan, nos atacan! ¿Qué hacemos? AAAAHHHH ¡capitán por el amor de Dios dígame algo!

- Eh?

- Que nos….

¡Boom!. Una bala de cañón color verde y amarillo interrumpió el aviso.
Solo dos tripulantes sobrevivieron: Casa Grande y un anciano que fue lanzado al océano por tener mal aliento.

-Abuelo, no entiendo, ¿eran piratas? ¿Brasileros?

- Los últimos y más extraños y asesinos que hayan existido, injustamente ignorados por los historiadores.

- Si vos lo decís.

Casa Grande se convirtió enseguida en un pirata a las órdenes de los cariocas. Estaban escasos de personal y necesitaban ayuda.
Vendiendo secretos que el conocía de su tierra natal fue ascendiendo de posición hasta que logro estar al lado del Capitán.
Un disparo en la sien hizo que Casa Grande ganara el puesto , por lo menos por veinte años. Seria traicionado por su mejor amigo, De ahí en más probaría varios trabajos hasta convertirse en el sucesor de su padre en el negocio familiar.


Inmediatamente y como si fuera algo importante ordeno que el “Pequeño Na” (el barco) fuera pintado de rojo.
Con el correr de los años se hicieron conocidos en el mundo como transportadores de objetos y productos muy extraños. Uno de ellos era ofrecer viajes a los turistas por el Caribe y después venderlos al mejor postor. Algunos de estos infelices terminaban en la cocina de los caníbales devoradores de pies.

- ¿Me podes contar de una vez como se escaparon el marica y vos?

- Niño mal educado, Jean no era eso. Era un hombre excéntrico, con gustos especiales y adoración por los perfumes.

- Si, esta bien.

Mientras el Capitán Casa Grande y los marineros cariocas desayunaban con los caníbales y discutían la forma de pago, nosotros nos escondimos en el barco.
Ocho días después los tripulantes subieron al Pequeño Na. Nos habíamos salvado.
Por un mes y medio estuvimos comiendo las sobras de los brasileros hasta que llegamos a tierra firme.
Por una entrega de tiburones ahumados terminamos nuestro escape en Inglaterra. Jean misteriosamente tenía contactos en Londres y mas extraño aun fue que ellos nos esperaran en el puerto sin que Carlos pudiera avisarles. Supuestamente ellos nos darían un lugar para dormir. Nos llevaron a una casa adornada con pájaros de madera, retratos de personas que desconocíamos, jarrones de lujo y una alfombra de oso polar. Todo esto del lado de afuera de la casa. Por dentro solo había un sillón, una radio y una puerta que comunicaba con el sótano. Los conocidos de Jean nos guiaron al mismo...

(U.O.I: Unión Ornamental Inalcanzable)

Para el que tenga ganas de más Bahía de James 2 (o sea para quien halla perdido el buen gusto) lean una parte del 3º capitulo en:

http://losaviones.blog.terra.com.ar/paz_tropical

Escape de los canibales.


En mi antiguo blog en Terra puse el capitulo 3 de mi interminable novela (no por la duracion sino porque no le encuentro un final medianamente comprensible). Brevemente como para que me entiendan, es la continuacion de un cuento largo o novela muy corta que escribi en el 2005 por obligaciones escolares, usando como inspiracion una parte de la recomendable novela "Chesapeake" de James Michener. La trama de mi obra (¿?) es muy simple por no decir que es re boluda. Un viejo super gaga le cuenta sus aventuras de purrete a su embolado nieto.
Como me diverti escribiendola se me ocurrieron ideas estupidas pero bonitas para hacer una segunda parte.

En la primera el personaje principal tuvo una actitud muy cobarde , se escapo de su adversario. Desde las frias costas de Canada termino nose porque en una isla caribeña.
Esto que leeran a continuacion es una parte del 5º capitulo. Si entienden algo, les regalo un vithel thone.

Sobre el vithel tone: En los años 80, cuando todavia mis viejos no me habian fabricado, el mas grande compositor argento, tenia un programa de radio con Pipo Cippolatti, en un disco se escucha una parte del programa, en dicho show radial Calamaro dice que una oyente les habia mandado un sobre con vithel thone.
Cada vez que como o escucho sobre esa comida me acuerdo de ese disco.
Una vez estaba en un cumpleaños de una amiga y me ofrecieron vithel thone. Le digo a mi hermano."jaja en un tema de Calamaro...". Mi hermano obviamente no me entendio.

Ahora si la historia que me interesaba escribir...o copiar y pegar.


Capitulo 5 Planes de escape - Agosto de 1935.

Oh maldita sea, que difícil era lograr salir de la casita del árbol. El simple hecho de asomar la cabeza por la ventana provocaba un sinfín de ataques comandados por el clásico escupitajo. Estos eran muy especiales y poderosos, se burlaban de la gravedad, llegando a resistir sorprendentemente unos 4 metros.

Al fin lo decidimos, no esperaríamos ni un minuto más. Nos fugaríamos de esa maldita isla, nadie lo podría evitar.
Comenzamos con los preparativos a las once de la noche. Terminamos a las tres de la tarde.
Juntamos algunos elementos comestibles y piedras para lanzar en caso de presentarse la opción de defendernos de los caníbales.

Antes de contarte como resulto nuestro escape debo remarcar otra cosa, talvez no sea necesario para la historia. Esto sucedió en nuestro primer intento de irnos de la isla.

- Abuelo lo digo en serio. No me interesa lo que me estas contando

- Perfecto , enciende el televisor y miremos algún divertido programa dominical

- Me parece bien….ah cierto, no hay luz.

- Como te iba diciendo querido nieto…

Era un lunes oscuro como el alquitran. Tras una larga discusión y varias apuestas, gano la propuesta de Jean. Nos iríamos remando en un bote hasta Portugal. Yo estaba muy en contra de la idea pero el lanzamiento de piedras al agua había declarado ganador a mi colega.

Esa misma tarde actué con la astucia que me caracteriza. Aprovechando que estaban dormidos después de haber ingerido uno treinta y cinco pies turistas, les robe uno que habían masticado pero lo escupieron por no estar bien condimentado. Moviéndome con pasos silenciosos divise la orilla donde los centinelas que cuidaban al bote del gran jefe, estaban matando hormigas. Les arroje el señuelo o pie como quieras llamarlo. Estos poco lucidos guardianes fueron tras el manjar que había quedado cerca de un árbol.

Bruscamente Jean salto desde el árbol para atacarlos. Pero los gritos y los cocos que había dejado caer en su torpe ataque, provocaron primeramente el susto y la muerte de uno de ellos por un paro cardiaco. El otro, en cambio, giro para correr en dirección a la choza de sus bestiales compañeros pero en su camino se atravesó el árbol. No falleció pero estoy seguro que le debe haber dolido suficiente.

Nos embarcamos en nuestra prometedora nave. Con dos remos Jean tenía pensado llegar a las costas portugueses.

Pasados los primeros cinco minutos mis brazos no aptos para esas actividades infrahumanas cayeron vencidos dentro del bote. Vale aclarar que uno de los remos tuvo que ser readaptado para mi garfio.

- Jean, no podré seguir remando, no tengo fuerzas.

Mi compañero fijo sus ojos en los míos, miro hacia su derecha, se rasco la oreja y me dijo con su extraña voz

- No hay problema querido amigo, yo me encargare de completar la travesia, tu relájate y disfruta el paseo.

- Ah…bueno gracias.

Con una rapidez increíble partió su remo contra mi cabeza. Sin darme la posibilidad de desmayarme hizo lo mismo con mi remo. Todavía consciente, sentí que me arrojaba al calido océano tropical.

Desperté sobre la arena. Jean estaba a mi lado mirando el horizonte…

El dibujo de arriba es obra de Magic Man. Ojo, el paint no es joda.

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