En pocos segundos

Cuando la estupidez atrapa al varón, este suele divagar en pensamientos incoherentes, miles de ideas se funden en su cerebro. Logrando asi, formar en la otra persona una idea certera del grado de locura de su interlocutor.

Como en todo hay casos que se pueden solucionar con paciencia, animos de sobreponerse a la adeversidad o contratar un guia que te lleve por los sinuosos caminos de tus pensamientos, sepas comprenderlos y darte cuenta que son realemente innecesarios. Hay otros en los cuales estos problemas son constantes, normalmente no tienen arreglo, haciendo de su existencia una indiscutible porquería.

En esta oportunidad me dedicare a desmenuzar de manera arbitraria y sin fundamentos a los ultimos.

La ubicación es lo de menos, dos personas que al parecer se conocen, azarosamente cruzan sus caminos y en cuestión de segundos la paz que traían consigo desaparece dando lugar a acontecimientos ridiculos.

Viéndose sin nada que decir, analiza la posibilidad de distraer con el fin de escapar de la zona de verguenza en la que se ve envuelto. De solo pensar en una posible reacción negativa basta para bloquearlo mentalmente, y quedar petrificado por días. Puede suceder que la replica de la hembra sea favorable, pero el resultado en este caso lamentablemente es el mismo. La torpeza es hereditaria y la suerte en las relaciones también. Como dijo alguien que no recuerdo: “Si tus padres no tuvieron sexo, tu tampoco”

En esos segundos eternos dentro de la cabeza del ajetreado ser, pensamientos luchan por ganar el puesto, uno solo se convertirá en respuesta y los demás acosaran al cerebro durante un periodo de tiempo que varia según la gravedad de lo dicho. Siendo ya una obsesión el varón se arrepiente de la elección, pero ya es demasiado tarde.

Una vez procesado el plan, mentalmente detallado, se dispone a dar señales de vida.
En frente se encuentra la victima de este espécimen, esperando que diga algo ya, en ese preciso momento. En este punto puede aflorar en ella un sentimiento de pena, dulzura y un poco de vergüenza ajena. Su piel tomara tintes rojizos. El varón cree haberla conquistado, pero no podría estar mas lejos de la verdad.

Desubicado y sudoroso puede estar completamente fuera de sus cabales, devanándose para lograr esbozar algo y conseguir la gloriosa aprobación, pero ella se halla en un dilema también: Nada le incomoda más que un silencio prolongado, sobretodo si viene de una persona que se clavo en sus ojos y hasta que algo le suene en la cabeza no va a despertar. Siguiendo su naturaleza le sonríe por si acaso, la opción de estar frente a un psicopata siempre esta vigente. Y sino, debería estarlo.

Tenemos a dos personas con claros problemas de comunicación, victimas de un encuentro inesperado y no deseado por una de las partes. Porque cuanto mas simple seria largar un saludo o un leve movimiento de cabeza hacia abajo.

¿Como acaba esto?

Espantosamente.

Si es una persona culta y pensante, preocupada por sus relaciones a futuro, tomara este venidero fracaso como experiencia, de ahí en adelante será un individuo más astuto, que examinara con gran determinación sus palabras. Entonces en esta oportunidad inventara alguna excusa, ella será comprensiva, saludara amistosamente y tomar el primer transporte publico que vea, el desaparecerá bajo un manto de disgusto. Pero lo mejor esta por venir para nuestro caballero.

En caso contrario, de ser un inadaptado social, murmurara una declaración de amor con términos inadecuados pero muy sinceros, recibirá una amplia gama de negaciones, siempre mostrándose cortes ella se retira (en el mismo vehículo que el caso anterior) y el es rechazado patéticamente.
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