Relato breve

Hace algún tiempo en una fría calle barrial de aspecto aburrida e invadida por la depresión del contaminante mal humor de los vecinos mayores de 65 años, se presentaron algunos hechos...raros. Seres casi divinos, comida chatarra, mafias ridículas y algo más. Por casualidad un grupo de personas que practicaba lo que se conoce en la comunidad científica como alpedismus extremus estaba filmando una pelea de hormigas. Sorprendidos por lo que estaba pasando, dieron vuelta la cámara y registraron todo lo que paso esa helada tarde en la calle de Los Bolas Tristes. Esto fue lo que estos intrepedidos y ociosos por demás jóvenes filmaron. Todo esto sucedió un día como cualquiera, una jornada de hechos extraños desde las cuatro a.m. hasta las once y pico de la mañana.
Gracias a un esfuerzo de producción de la puta madre tengo el honor de compartir con ustedes momentaneamente la versión escrita de esta historia.

Desafiando al clima y al buen gusto un grupo de personas incoherentes vestidas con remeras hasta sus rodillas, medias bajas, zapatillas sucias, y sin pantalones atravesó corriendo la calle. Aprox. 8 horas (o sea a las 4 de la mañana), antes de los exhibicionistas paso esto:
Peish- Dale Asvuri, apúrate, dale que nos van a ver
Asvuri- No me apures si me queres sacar bueno. Vos fuma.
Estos intrépidos y poco cultos cacos intentaban abrir una puerta al estilo Mc Gyver, con una hebilla para el cabello.
Peish- Dale que tengo sueño.
Asvuri- Callate no hagas ruido
El silencio reinaba en la calle de Los Bolas Tristes, solamente se oían los fantasmales sonidos de la oscuridad que aterrorizaban a los niños asustadizos. De pronto, desde la otra esquina de la calle un grito hizo que los maleantes necesitaran papel higiénico urgente.

Vieja loca- ¿Donde están mis tías?, eyyy ¿donde están mis tías?
Asvuri y Peish estaban realmente aterrorizados. Pasado el cagaso, se miraron a los ojos (se escucha de fondo un tema lento y los chorros se pone a bailar hipnotizados por las melodías del genial indio moderno latino, Chayane).
Dueño de la casa a punto de ser afanada- Che, ¿que hacen ahí? Manga de mariposones váyanse de acá o llamo a la policía.
Sin pensarlo, el dúo de fracasados se escapo.
Dos horas después a cinco cuadras de allí:
Vendedor de panchos- Calentitos los panchos, quien quiere un panchito.
Semidiós rolinga- Eh fiera ¿cuanto?
Vendedor de panchos- Dos con cincuenta
Semidiós rolinga- Uhh que chorro, tomatelas me voy a comprar una ensalada al bar vegetal y listo.
El curioso personaje vestido un atuendo bastante particular fue seguido hasta la esquina de la calle por una luz resplandeciente y una lluvia de zapatillas de tela y pañuelos semitransparentes.
Vendedor de panchos- ¿Donde estará ese par de inútiles?
Enfrente de la casa que fue victima de un fallido asalto seguía la vieja preguntando donde estaban sus tías. Por esa misma calle una desconocida promesa del rock juvenil se hace presente en escena. Lleva puesto un chaleco con pines y brillantina, un sombrero de gala gafas oscuras y un jean manchado con talco. También estaba masticando un chicle.
Vieja loca- ¿usted ha visto a mis tías?
Cantante popstar- No señora, no las vi
Vieja loca- ¿Esta seguro joven?
Cantante popstar- Seguro doña, ahora discúlpeme pero debo ir a comprar media docena de huevos y un choclo.
Sin duda era una situación muy extraña
Cantante popstar- ¿Quiere un autógrafo?
Vieja loca- No, gracias querido, no puedo cargar más peso.
Después de estas palabras el cantante se largo a llorar, y sin poder aguantar otro fracaso dijo
Cantante popstar- Adiós mundo cruel… algún día se arrepentirán de no haberme idolatrado.
Dicho este humilde mensaje se pego un tiro.

Las nubes mostraban un aspecto uniforme para los observadores comunes. Pero estas imágenes en los ojos de un genio tomaran formas inimaginables e infinitas. Los alpedistas no vieron ningún tipo de forma.
Media hora después se produjo un extraño encuentro
Vendedor de panchos- Imbeciles, ni siquiera entraron en la casa del provedor de ensaladas
Asvuri- Bueno no se enoje
Peish- Lo que paso es que una vieja nos asusto gritando a las cuatro y cuarto de la mañana
Vendedor de panchos- A mi no me expliquen nada, guárden sus palabras para El Jefe.

El Jefe, o Gervasio como lo llama su mujer, tenia fama de ser una persona muy tranquila,
razonable y solidaria. Pero en caso de no pagarle te rompía las piernas con una escoba verde. Era un mafioso adicto al jugo de limón caliente
El Jefe- Ustedes causan más problemas de los que resuelven. Si me convencen con su historia les doy otra oportunidad.
Estaban en un aprieto, su historia contenía una hebilla para le cabello, una vieja buscando a sus tías y un tema de Chayane. Nada convincente. Después de contar los hechos que impidieron el robo, Gervasio los observo despectivamente y les dijo:
El Jefe- Ustedes me han decepcionado por anteúltima vez. Tengo un trabajo para ustedes, pero si fallan perecerán dolorosamente., ¿capicce?
Los cacos al unísono- Si jefe
El trabajo consistía en eliminar al semidiós rolinga que había comenzado una campaña antipanchos, principal fuente de ingresos económicos de Gervasio, capo di tutti en lo que se refiere al negocio de comida chatarra en ese barrio.
En fin su enemigo proponía que la gente vaya a comer al bar vegetal en vez de dañar su salud con esos hot dogs que además eran muy caros.
Usted se preguntara como hicieron los alpedistas para filmar esta parte del relato. Fácil. Los siguieron y entraron tipo con los chorros a la casa de El Jefe. Era un cholulo, las lucecitas rojas son su talón de Aquiles.
Algunos minutos después en la calle
Asvuri- Vos
Vieja loca- ¿Tías?
Asvuri- No vieja, vos no, le hablo al flaco de pelo largo
Semidios rolinga- ¿que sucede?
Asvuri- Las pagaras por tu estúpido plan antipanchos
Semidios rolinga- Jejeje prueben mi ataque mas fuerte
Peish- ¿Como?
Semidiós rolinga- ¡¡¡¡Lluvia de zapatillas olorosas!!!!
Acá es cuando la poca lógica del relato cae al tacho de basura. Un kameha (como el de Goku) de zapatillas de tela es arrojado al cuerpo de los cacos. Mientras se retorcían en el suelo y morían asfixiados por el fétido aroma de los calzados rolingas hace su aparición el vendedor de panchos.

Vendedor de panchos- No te saldrás con la tuya.
En esta parte la cámara se apago y se volvió a prender cuando la pelea había terminado.
El semidiós rolinga venció a sus rivales y como en las películas de superhéroes, el vencedor se va con la mina, en este caso con la vieja loca. .